Friday, June 08, 2007

Balthus


-Yo veía lo que había que pintar a través de Bonnard y de Cèzanne, y también de lo que escribía Rilke, era el mundo invisible y visible a la vez, el lugar donde lo real y el sueño llegan a tocarse y nos llevan muy lejos.
No se puede pintar en la algarabía del mundo, con sus facilidades y seguir su mismo compás. Por el contrario, debemos conseguir cada vez más soledad y silencio, mezclarnos con los maestros de antaño para volver a inventar el mundo y no dejarse enredar por las falsas sirenas, el dinero, las galerías, la vida mundana...

-El pintor no sabe nada de eso. Pinta, eso es todo, no intenta traducir nada. Lo que se debe buscar por todos los medios es el silencio. Por eso me parece ridículo y superfluo tratar de explicar la pintura con la palabra ¿Qué palabras, qué frases podrían expresar los espacios de silencio, secretos y oscuros, a los que todos queremos encontrar un sentido, del que todos queremos tomar algo?

...La turbación adolescente de los cuerpos de mis niñas revela esa ambigüedad: luz de las tinieblas y luz de los cielos. No obstante, creo que el camino que puede despejar mi pintura no va en la dirección del cínico Don Juan, como tampoco en la de una piedad angelical. Como Byron, o como el protagonista violento y entero de Cumbres Borrascosas, he buscado en la sombra y la luz el rastro de la naturaleza pura.