Thursday, May 30, 2013

                                              Quietud

                                                             Profundo
                                           

Friday, May 24, 2013




Atardecer,100x100



Wabi, 54x81








Thursday, May 23, 2013



Saturday, November 19, 2011

GOSHUN





SESSHU TOYO





Yosa Buson





与謝 蕪村 Yosa Buson or Yosa no Buson (1716 - 1783) was a Japanese poet and painter from the Edo period. Along with Matsuo Bashō and Kobayashi Issa, Buson is considered among the greatest poets of the Edo Period. Buson was born in the village of Kema in Settsu Province (now Kema-chō, Miyakojima Ward in the city Osaka). His original family name was Taniguchi. Around the age of 20, Buson moved to Edo (now Tokyo) and learned poetry under the tutelage of the haikai master Hayano Hajin. After Hajin died, Buson moved to Shimōsa Province (modern day Ibaraki Prefecture). Following in the footsteps of his idol, Matsuo Bashō, Buson traveled through the wilds of northern Honshū that had been the inspiration for Bashō's famous travel diary, Oku no Hosomichi (The Narrow Road to the Interior). He published his notes from the trip in 1744, marking the first time he published under the name Buson. After traveling through various parts of Japan, including Tango (the northern part of modern Kyoto Prefecture) and Sanuki (Kagawa Prefecture in Shikoku), Buson settled down in the city of Kyoto at the age of 42. It is around this time that he began to write under the name of Yosa. There is speculation that he took this name from his mother's birthplace (Yosa in the province of Tango) but this has not been confirmed. Buson married at the age of 45 and had one daughter, Kuno. From this point on, Buson remained in Kyoto, writing and teaching poetry at the Sumiya. In 1770, he assumed the haigo (haikai pen name) of Yahantei (夜半亭, Midnight Studio), which had been the pen name of his teacher Hayano Hajin. Buson died at the age of 68 and was buried at Konpuku-ji in Kyoto.

Sunday, October 02, 2011

Matsuo Basho




Monday, February 28, 2011

Katsushika Hokusai











Katsushika HokusaiKatsushika Hokusai, (Edo, actual Tokio, octubre de 1760 – idem 10 de mayo de 1849) fue un pintor y grabador japonés del período Edo, adscrito a la escuela Ukiyo-e de pintura japonesa. Acuñó el término manga en 1814, también conocido por los diversos nombres que utilizó a lo largo de su carrera profesional, Shunro, Sori, Kako, Taito, Gakyonjin, Iitsu y Manji. Es uno de los principales artistas de la escuela Ukiyo-e, "pinturas del mundo flotante". Nacio con el nombre de Tokitaro, en el distrito de Honjo, al este de Edo. Allí, desde los 5 años, desarrolló su gran vocación por el dibujo y la pintura. Esta inclinación determinó que, con una corta edad, fuera adoptado como aprendiz y como hijo por un prestigioso artesano de Edo, familiarmente conocido con el nombre de Nakajima, del que posteriormente fue su legitimo heredero, hecho que hace pensar que, posiblemente, sea cierta la historia que explica que Hokusai era verdaderamente hijo de Nakajima, nacido de una concubina. En su juventud, Hokusai decidió trabajar como vendedor en una prestigiosa librería, y a partir de los 15 años, y hasta los 18, entró como aprendiz de grabador en un taller. Este temprano entrenamiento en el mundo del libro y del comercio de la impresión contribuyeron al desarrollo de Hokusai como impresor. En el año 1778, se convirtió en discípulo del maestro de la escuela Ukiyo-e, Katsukawa Shunsho, con el que aprendió la técnica del grabado con planchas de madera, especializándose en retratar a actores. El joven Hokusai publicó sus primeros trabajos al año siguiente, invitaciones impresas para el teatro Kabuki, en las que el género de la escuela del Shunsho y de Katsukawa aparece ya totalmente dominado. A juzgar por las edades de sus hijos, Hokusai debió contraer matrimonio en torno a la edad de 20 años. Posiblemente, debido a la influencia de la vida familiar, en este periodo sus diseños tienden a recoger actores y mujeres en ambientes históricos y en jardines utilizando la técnica Uki-e (paisajes semi-históricos en los que se utiliza la técnica occidental de la perspectiva), así como impresiones de niños. Los libros de ilustraciones del artista y sus textos dieron la vuelta a los temas históricos y didácticos, al tiempo que el trabajo de Hokusai en el género Surimoro durante todo la década siguiente marcó uno de los puntos culminantes de su carrera. El género Surimoro se utilizaba, principalmente, para publicar tarjetas para las ocasiones especiales, año nuevo y otras felicitaciones, para presentar programas musicales, aviso, etc., en ediciones limitadas que ofrecían una impresión perfecta y la más alta calidad. Alos 30 años sufrió importantes cambios personales. Su Shunso murió temprano, en 1793, y su joven esposa falleció dejándole un hijo y dos hijas. En el año 1797 se volvió a casar y adoptó el conocido nombre de Hokusai. Este cambio de nombre marca el inicio de la edad de oro de su trabajo, que continuó durante medio siglo. La obra de Hokusai en este periodo cubre toda la gama del arte Ukiyo-e: tarjetas, Surimono, libros ilustrados, ilustraciones de antologías de versos, libros eróticos, pinturas a mano o libros de bocetos. Dentro de los temas tratados por Hokusai, en escasas ocasiones compitió con Utamaro, el mejor grabador de voluptuosas imágenes femeninas. Pese a esta limitación consciente, Hokusai trató de abarcar una amplia gama de temas, especialmente puso énfasis en la representación de paisajes y escenas históricas, en las que la figura humana desempeña un papel secundario. Alrededor del final de la centuria introdujo en su estilo la técnica de la perspectiva y el colorido occidental. A partir del siglo XIX Hokusai comenzó la ilustración del yomihon, novelas históricas. Bajo su influencia, su estilo comenzó a sufrir cambios importantes y claramente visibles entre 1806 y 1807. Su figura y su trabajo cada vez tuvo un mayor alcance, pero perdió en delicadeza y tendió a prestar mayor atención a los temas clásicos tradicionales, especialmente la representación de samuráis, guerreros o temas chinos, y a alejarse del mundo de Ukiyo-e. En torno al año 1812 el hijo mayor de Hokusai murió. Esta tragedia no fue sólo un duro golpe emocional sino también económico, porque, como heredero de la acomodada familia Nakajima, su hijo suponía el medio de obtener una importante renta, de manera que Hokusai no tuviera que preocuparse de la incertidumbre de vivir de los cobros de su pintura, sus diseños y sus ilustraciones. Por razones económicas o no, a partir de este momento la atención de Hokusai se centró en la ilustración de libros, y particularmente en los libros de copias de grabados diseñados para artistas aficionados. Su intención era encontrar nuevos discípulos y, por tanto, nuevos protectores, en lo que tuvo un éxito limitado. Junto a la fama de sus detalladas impresiones e ilustraciones, Hokusai cosechó también gran éxito en las exposiciones públicas de su pintura; hizo, por ejemplo, una enorme pintura de unos 200 m2 con figuras mitológicas para un multitudinario festival. Incluso una vez fue convocado para mostrar sus habilidades artísticas ante el shogun, teóricamente un ayudante del emperador que en la práctica era el gobernante del Japón. En el verano de 1828 la segunda esposa de Hokusai murió. El maestro tenía entonces 68 años, se encontraba afligido, con una parálisis intermitente en el brazo izquierdo, solo y con un nieto disoluto, que había demostrado ser un delincuente incorregible. Ante esta situación su hija favorita y alumna, O-ei, rompió su matrimonio con un artista menor y volvió a la casa del padre donde permaneció el resto de su vida. Hokusai trabajó hasta el último día de su existencia. Era un artista enérgico que se levantaba temprano y pintaba hasta la noche. Ésta había sido su forma de actuar durante todo su larga y productiva vida, y fue también la de sus años finales. De los millares de libros y de impresiones de Hokusai, sus Treinta y seis vistas del Monte Fuji son particularmente notables. Publicada entre 1826 y 1833, esta famosa serie, que con los suplementos incluía un total de 46 impresiones a color, marcó un hito en la impresión japonesa de paisajes. La grandeza del diseño y la habilidad de la ejecución no había sido alcanzada hasta ese momento, incluso en el trabajo de su contemporáneo Hiroshige. Los continuos cambios de domicilio de Hokusai -residió en más de 90 viviendas-, e incluso los cambios de nombre, son elementos significativos del carácter del artista. Además de su nombre principal, Hokusai utilizaba otros dos seudónimos ocasionales, y alrededor de una veintena de nombres que, indistintamente, añadía a su nombre principal. Pese a sus súplicas por seguir viviendo una década más, el día 18 del cuarto mes japonés "el viejo loco por la pintura", como él mismo se definía, murió a los 89 años, sin haber satisfecho la búsqueda de la última verdad sobre la pintura. Considerado el máximo exponente de la escuela de grabados Ukiyo-e, Hokusai incorporó a lo largo de su vida la esencia del arte de esta escuela. Las líneas curvas trazadas con una gran soltura, características de su estilo inicial, fueron evolucionando gradualmente hacia una serie de espirales que añadieron una libertad y elegancia aún mayores a su obra, como puede observarse en Raiden (Espíritu del trueno). Era famoso por la energía y espontaneidad de su genio creador, cualidades que con la edad se incrementaron aún más. En las obras de su última época utilizaba pinceladas amplias cortadas y una técnica de coloreado que le daba una cualidad más sombría. Entre las más conocidas están el cuaderno de dibujos en 13 volúmenes Hokusai manga (comenzado en 1814) y la serie de grabados conocida como Fugaku sanjurokkei (Treinta y seis vistas del monte Fuji), que contiene algunas de las imágenes más famosas de la tradición artística japonesa. Su obstinado genio también representa, a sus 70 años, la creación artística permanente, el prototipo del artista único que se esfuerza en terminar la tarea emprendida. Por otra parte, Hokusai constituye una figura que, desde finales del siglo XIX, impresionó a artistas, críticos y amantes del arte occidentales. Desde mediados del siglo sus grabados, como los de otros artistas japoneses, llegaron a a París, donde se coleccionaban con gran entusiasmo, en especial por parte de impresionistas de la talla de Claude Monet, Edgar Degas y Henri de Toulouse-Lautrec, cuya obra denota una profunda influencia de dichos grabados.
Katsushika HokusaiKatsushika Hokusai, (Edo, actual Tokio, octubre de 1760 – idem 10 de mayo de 1849) fue un pintor y grabador japonés del período Edo, adscrito a la escuela Ukiyo-e de pintura japonesa. Acuñó el término manga en 1814, también conocido por los diversos nombres que utilizó a lo largo de su carrera profesional, Shunro, Sori, Kako, Taito, Gakyonjin, Iitsu y Manji. Es uno de los principales artistas de la escuela Ukiyo-e, "pinturas del mundo flotante". Nacio con el nombre de Tokitaro, en el distrito de Honjo, al este de Edo. Allí, desde los 5 años, desarrolló su gran vocación por el dibujo y la pintura. Esta inclinación determinó que, con una corta edad, fuera adoptado como aprendiz y como hijo por un prestigioso artesano de Edo, familiarmente conocido con el nombre de Nakajima, del que posteriormente fue su legitimo heredero, hecho que hace pensar que, posiblemente, sea cierta la historia que explica que Hokusai era verdaderamente hijo de Nakajima, nacido de una concubina. En su juventud, Hokusai decidió trabajar como vendedor en una prestigiosa librería, y a partir de los 15 años, y hasta los 18, entró como aprendiz de grabador en un taller. Este temprano entrenamiento en el mundo del libro y del comercio de la impresión contribuyeron al desarrollo de Hokusai como impresor. En el año 1778, se convirtió en discípulo del maestro de la escuela Ukiyo-e, Katsukawa Shunsho, con el que aprendió la técnica del grabado con planchas de madera, especializándose en retratar a actores. El joven Hokusai publicó sus primeros trabajos al año siguiente, invitaciones impresas para el teatro Kabuki, en las que el género de la escuela del Shunsho y de Katsukawa aparece ya totalmente dominado. A juzgar por las edades de sus hijos, Hokusai debió contraer matrimonio en torno a la edad de 20 años. Posiblemente, debido a la influencia de la vida familiar, en este periodo sus diseños tienden a recoger actores y mujeres en ambientes históricos y en jardines utilizando la técnica Uki-e (paisajes semi-históricos en los que se utiliza la técnica occidental de la perspectiva), así como impresiones de niños. Los libros de ilustraciones del artista y sus textos dieron la vuelta a los temas históricos y didácticos, al tiempo que el trabajo de Hokusai en el género Surimoro durante todo la década siguiente marcó uno de los puntos culminantes de su carrera. El género Surimoro se utilizaba, principalmente, para publicar tarjetas para las ocasiones especiales, año nuevo y otras felicitaciones, para presentar programas musicales, aviso, etc., en ediciones limitadas que ofrecían una impresión perfecta y la más alta calidad. Alos 30 años sufrió importantes cambios personales. Su Shunso murió temprano, en 1793, y su joven esposa falleció dejándole un hijo y dos hijas. En el año 1797 se volvió a casar y adoptó el conocido nombre de Hokusai. Este cambio de nombre marca el inicio de la edad de oro de su trabajo, que continuó durante medio siglo. La obra de Hokusai en este periodo cubre toda la gama del arte Ukiyo-e: tarjetas, Surimono, libros ilustrados, ilustraciones de antologías de versos, libros eróticos, pinturas a mano o libros de bocetos. Dentro de los temas tratados por Hokusai, en escasas ocasiones compitió con Utamaro, el mejor grabador de voluptuosas imágenes femeninas. Pese a esta limitación consciente, Hokusai trató de abarcar una amplia gama de temas, especialmente puso énfasis en la representación de paisajes y escenas históricas, en las que la figura humana desempeña un papel secundario. Alrededor del final de la centuria introdujo en su estilo la técnica de la perspectiva y el colorido occidental. A partir del siglo XIX Hokusai comenzó la ilustración del yomihon, novelas históricas. Bajo su influencia, su estilo comenzó a sufrir cambios importantes y claramente visibles entre 1806 y 1807. Su figura y su trabajo cada vez tuvo un mayor alcance, pero perdió en delicadeza y tendió a prestar mayor atención a los temas clásicos tradicionales, especialmente la representación de samuráis, guerreros o temas chinos, y a alejarse del mundo de Ukiyo-e. En torno al año 1812 el hijo mayor de Hokusai murió. Esta tragedia no fue sólo un duro golpe emocional sino también económico, porque, como heredero de la acomodada familia Nakajima, su hijo suponía el medio de obtener una importante renta, de manera que Hokusai no tuviera que preocuparse de la incertidumbre de vivir de los cobros de su pintura, sus diseños y sus ilustraciones. Por razones económicas o no, a partir de este momento la atención de Hokusai se centró en la ilustración de libros, y particularmente en los libros de copias de grabados diseñados para artistas aficionados. Su intención era encontrar nuevos discípulos y, por tanto, nuevos protectores, en lo que tuvo un éxito limitado. Junto a la fama de sus detalladas impresiones e ilustraciones, Hokusai cosechó también gran éxito en las exposiciones públicas de su pintura; hizo, por ejemplo, una enorme pintura de unos 200 m2 con figuras mitológicas para un multitudinario festival. Incluso una vez fue convocado para mostrar sus habilidades artísticas ante el shogun, teóricamente un ayudante del emperador que en la práctica era el gobernante del Japón. En el verano de 1828 la segunda esposa de Hokusai murió. El maestro tenía entonces 68 años, se encontraba afligido, con una parálisis intermitente en el brazo izquierdo, solo y con un nieto disoluto, que había demostrado ser un delincuente incorregible. Ante esta situación su hija favorita y alumna, O-ei, rompió su matrimonio con un artista menor y volvió a la casa del padre donde permaneció el resto de su vida. Hokusai trabajó hasta el último día de su existencia. Era un artista enérgico que se levantaba temprano y pintaba hasta la noche. Ésta había sido su forma de actuar durante todo su larga y productiva vida, y fue también la de sus años finales. De los millares de libros y de impresiones de Hokusai, sus Treinta y seis vistas del Monte Fuji son particularmente notables. Publicada entre 1826 y 1833, esta famosa serie, que con los suplementos incluía un total de 46 impresiones a color, marcó un hito en la impresión japonesa de paisajes. La grandeza del diseño y la habilidad de la ejecución no había sido alcanzada hasta ese momento, incluso en el trabajo de su contemporáneo Hiroshige. Los continuos cambios de domicilio de Hokusai -residió en más de 90 viviendas-, e incluso los cambios de nombre, son elementos significativos del carácter del artista. Además de su nombre principal, Hokusai utilizaba otros dos seudónimos ocasionales, y alrededor de una veintena de nombres que, indistintamente, añadía a su nombre principal. Pese a sus súplicas por seguir viviendo una década más, el día 18 del cuarto mes japonés "el viejo loco por la pintura", como él mismo se definía, murió a los 89 años, sin haber satisfecho la búsqueda de la última verdad sobre la pintura. Considerado el máximo exponente de la escuela de grabados Ukiyo-e, Hokusai incorporó a lo largo de su vida la esencia del arte de esta escuela. Las líneas curvas trazadas con una gran soltura, características de su estilo inicial, fueron evolucionando gradualmente hacia una serie de espirales que añadieron una libertad y elegancia aún mayores a su obra, como puede observarse en Raiden (Espíritu del trueno). Era famoso por la energía y espontaneidad de su genio creador, cualidades que con la edad se incrementaron aún más. En las obras de su última época utilizaba pinceladas amplias cortadas y una técnica de coloreado que le daba una cualidad más sombría. Entre las más conocidas están el cuaderno de dibujos en 13 volúmenes Hokusai manga (comenzado en 1814) y la serie de grabados conocida como Fugaku sanjurokkei (Treinta y seis vistas del monte Fuji), que contiene algunas de las imágenes más famosas de la tradición artística japonesa. Su obstinado genio también representa, a sus 70 años, la creación artística permanente, el prototipo del artista único que se esfuerza en terminar la tarea emprendida. Por otra parte, Hokusai constituye una figura que, desde finales del siglo XIX, impresionó a artistas, críticos y amantes del arte occidentales. Desde mediados del siglo sus grabados, como los de otros artistas japoneses, llegaron a a París, donde se coleccionaban con gran entusiasmo, en especial por parte de impresionistas de la talla de Claude Monet, Edgar Degas y Henri de Toulouse-Lautrec, cuya obra denota una profunda influencia de dichos grabados.




Tuesday, December 07, 2010

Rabbit ceramic